Liderazgo de servicio

Basado en el Libro Dios mi Jefe de Negocios, de Larry Julian

 

Un Liderazgo de servicio

 A través de la experiencia de Jim Bergeson, se muestra que para poder obtener los mejores resultados debes propiciar y tener un equipo de trabajo óptimo; él llegó a esta conclusión luego de observar y estudiar otras empresas descubriendo cómo encontrar talento y como mantenerlo, lo que aleja y lo que atrae a la gente.

Bergenson, considera que todo líder debe asegurarse que la gente no tuviera miedo, crear una cultura de equipo en lugar de competencias o metas individuales por departamento. Procurar  un ambiente de trabajo que ayudaba a las personas no sólo a producir resultados si no al desarrollo y el crecimiento propio, dando así los mejores resultados.

Horst Schulze de manera similar declara: “exijo de cada gerente que cada empleado sea respetado plenamente como ser humano. Dejo bien en claro que nadie puede afirmar ser un ser humano mejor que otro. En esta organización una persona que lava los platos es tan importante como lo es el vicepresidente” (página 180).

Sus experiencias permiten ver cómo desarrollar un liderazgo de servicio dentro de una organización exitosa:

  1. Según la misma Biblia define: el liderazgo se traduce a servicio. Todo líder, antes de ser “el jefe de todos”, debe ser primero el siervo de todos.
  2. La gente debería tener confianza y fe en su líder y su organización, no temor de ellos. Una persona confiada se arriesga, crea y a su vez crece con mayor facilidad.
  3. El líder debe enfocarse en apoyar a su gente más que en crear resultados. Generar el desarrollo y el crecimiento de la gente se traduce en resultados óptimos para la organización.

 

Integración personas y ganancias

La visión del liderazgo de servicio también ha de permitir también la toma de decisiones que beneficie a la organización y genere mayor compromiso de su equipo de trabajo.

Andrea Ritchie, en su experiencia cambiar los dilemas ganar-perder en soluciones ganar-ganar; ante la situación de inminente despido de personal, tomó el tiempo para orar y buscar consejo propiciando una estrategia que permitiera mantener el personal  y recobrar ingresos.

Ritchie al adoptar esta estrategia mantuvo el empleo de esas personas,  y además  creó en ellos un alto nivel de dedicación, unidad, siendo la solución moral y financieramente correcta.

De forma similar Ken Melrose, en un dilema similar. Ante las oscilaciones en una de sus plantas y un problema con uno de sus productos, antes del despido  opto por trasladar temporalmente a los empleados de la planta al campo, para ayudar a los contribuyentes a solucionar el problema. Esa estrategia genero una nueva experiencia a los empleados, mejoró la satisfacción del cliente, y resolvió el problema en el campo, saliendo todos favorecidos.

Se observa que las mejores soluciones emergen cuando en lugar de tratar de escoger entre una solución que favorezca las ganancias versus una que favorezca la gente, las integramos en una solución que favorezca a ambos.

Mantener las prioridades

Las últimas experiencias presentadas por Larry Julian nos permite observar lo beneficioso y vital que es mantener la perspectiva correcta en cuanto a los logros, las metas y el trabajo. En una sociedad como la nuestra, donde todos somos medidos a través de nuestros logros, tomar un descanso o mantener el gozo puede parecer muy difícil.

Sin embargo, es necesario y vital para la organización y sus empleados, además hemos de cumplir además con Dios “Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo…” (Extracto de éxodo 20:8-10)

Propiciar espacio de descanso y la renovación no solamente espiritual y mental sino también física debe integrarse en todo lo que hacemos si se deja estos estos principios fuera simplemente vamos al colapso.

 

Finalmente, Larry Julian presentando estas 20 entrevistas con hombres y mujeres de Dios, demuestra que no podemos dejar nuestro cristianismo en casa cuando vamos a trabajar, que aunque a veces la presión sea extrema, no tenemos que ceder entre una decisión mala y una peor, si cedemos el control a Dios y le buscamos en oración, él nos ayudará a crear soluciones que otros, y a lo mejor nosotros mismos, no habíamos visto; soluciones de integridad moral y financiera, que edifican a la gente y la desarrollan, mientras al mismo tiempo hacen crecer las ganancias. Mantenga siempre en mente que al final del día es “Dios mi jefe de negocios”.

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