Revisión del libro DIOS, MI JEFE DE NEGOCIOS- Principios de Dios en un mundo de alta competición de Larry Julian

Capítulos del 1 al 4.

Realizado por Douglas Fuentes, estudiante de la Universidad Cristiana Logos

 

1- PROPÓSITO: de ganarse la vida a servir un propósito

El primer capítulo cubre el tema del propósito o llamado en la vida de cada persona y cómo nuestra carrera empresarial debe ser un anexo que apoye a este llamado en lugar de impedirlo. La enseñanza se desarrolla a través de la historia de dos empresarios (Bill George: de “Medtronic”, y C. William Pollard: de la compañía “ServiceMaster”). Ambos llegaron de cierta forma a un punto en el que se dieron cuenta que se sentían “como si estuviera en una rueda de andar, “Cuanto más corría, más se aceleraba la rueda, pero no se dirigía ningún lado.” (Pág. 29-30). En otras palabras, su trabajo y su propósito no estaban alineados. Bill George declara que “se dio cuenta que su situación laboral presente lo estaba cambiando de maneras que no le gustaba” (pág. 30). “Dios no nos llamó a trabajar la mayor parte de nuestras vidas sólo para sobrevivir, ganar un sueldo y existir de fin de semana en fin de semana. Dios creó a cada persona para propósitos, tareas y razones específicas y nos equipó a cada uno con la combinación perfecta de talentos, habilidades y capacidades que se requieren para encontrar realización en nuestras vidas.” (Pág. 44)

Escrito desde una perspectiva para líderes, la idea es que entendamos que debemos resistir la tendencia y la presión de poner las ganancias y el crecimiento en prioridad por encima de la gente. El capítulo da ejemplos de cómo el enfocarse en la gente. No solamente edifica a la gente y la motiva a seguir creciendo y desarrollándose en su propio llamado, sino que trae consigo los mismos resultados tangibles, (las ganancias y el crecimiento). Ahora son un resultado del crecimiento PERSONAL y no el objetivo principal, y además son mayores. En ambos casos presentados se crean resultados formidables a través de esta estrategia de poner el enfoque en la gente en lugar de las ganancias.

El capítulo termina dando tres recomendaciones para lograr alcanzar este tipo de relación entre nuestro llamado y nuestro rol empresarial:

  1. Encuentre un lugar: es importante encontrar el ambiente que de rienda suelta a sus talentos y que reconozca sus contribuciones. Puede significar permanecer donde estamos y florecer donde ya estamos plantados. De cualquier manera, es importante conectarse con el ambiente que ponga de manifiesto lo mejor que hay en cada uno.
  2. Alinee el trabajo con la pasión: cada trabajo tiene su parte de tareas rutinarias. Estas tareas no tienen que extinguir la llama que arde dentro de nosotros. Es nuestra propia responsabilidad avivar la llama del don que Dios ha puesto dentro de nosotros.
  3. Confíe en que Dios lo ha llamado para trabajar por un propósito: todos luchamos por encontrar el equilibrio correcto entre ganarse la vida y servir un propósito. Esta tensión es tanto normal como necesaria, porque nos ayuda a formar nuestro viaje.

2- ÉXITO: del éxito a la trascendencia

Este capítulo lidia con nuestra definición de Éxito. Nuestra sociedad materialista alrededor del mundo nos lleva a gravitar fuertemente hacia la idea de que el éxito debe ser medido por lo bien que uno le va financieramente. Este capítulo hace un excelente trabajo en mostrar que el éxito va mucho más allá de eso y más aún, que las finanzas son una parte mucho menos importante del éxito de lo que hemos considerado.

El capítulo se desarrolla a través de la historia de tres personajes: “el papá de Marcos”, Bobb Uford y Jerry Colángelo. Básicamente el papá de Marcos es mostrado como aquel hombre cuya ideología no le permitió ver el éxito como nada más allá de dólares y centavos, y es así como en su búsqueda de ese “éxito” pierde otras cosas de mayor importancia, como relación con su hijo.

Bobb Uford, narra como el haber perdido en un trágico accidente y luego encontrado una copia manuscrita de la última voluntad de su hijo Ross, le ayudó a tener un despertar y a darse cuenta que había una parte de la vida que se estaba perdiendo y ese evento trágico se convirtió de cierta forma en un impulso que lo llevó a invertir energía y dirigir su enfoque hacia una vida de trascendencia, cedió a otros las operaciones diarias de su negocio y se convirtió en el fundador de la red de liderazgo (www.leadnet.org) y una segunda organización para inspirar, entrenar y suministrar ejemplos del movimiento del éxito a la trascendencia, que ha sido denominado FaithWorks (www.faithworks.net).

Jerry Colángelo por su parte, cuenta cómo un sueño fracasado de ser jugador profesional de básquetbol y de ganar muchísimo dinero, lo llevó por un camino que eventualmente le permitió poner en buen uso su pasión por el deporte y al mismo tiempo convertirse en una influencia positiva en su comunidad a través de su experiencia en el mundo de los deportes como negocio y su interacción con la organización ‘Vida Joven”.

Tanto los ejemplos como las enseñanzas adicionales tienen en su enfoque establecer una clara definición del éxito que va más allá de los resultados financieros y por ende, nos motiva hacer la transición del llamado “éxito” a la trascendencia. Cuando se habla de trascendencia se refiere a un cambio de enfoque. A ir de “mí, lo que yo quiero” a “nosotros, lo que puedo hacer para bendecir a los demás”.

Cito de la conclusión: “la manera en que definimos el éxito es importante para fortalecer nuestras vidas. Entonces, ¿cómo deberíamos definir el éxito?… En una palabra: resultados. Por otro lado, la trascendencia, aunque es menos tangible, concierne al proceso. La trascendencia es la importancia, el sentido, la esencia, la relevancia y el valor. El éxito nos conduce por un deseo de lo  tangible; la trascendencia nos guía por un deseo de algo más grande que sólo lo que es tangible.” (Pág. 66)

Al igual que el primer capítulo se nos dan tres recomendaciones para trasladarnos hacia la trascendencia:

  1. Un sentido de urgencia: el hecho de que la vida es corta nos desafía constantemente a priorizar lo que es más importante. Si buscamos llevar vidas de trascendencia necesitamos hacerlo una prioridad hoy.
  2. Un sentido de la totalidad de la vida: ambos líderes tienen un sentido de la totalidad de la vida en vez de es tan sólo la parte de la vida que podemos ver hoy. En otras palabras debemos tener una perspectiva eterna, preocupándonos por más que el presente
  3. Un sentido de trascendencia: en vez de ser conducidos por el ego, debemos ser conducidos por un llamado. Creer que estamos aquí para marcar una diferencia en las vidas de otras personas. Todo lo que hacemos es para algo que va más allá de sólo un resultado tangible.

3- Coraje: de la elección de la decisión errónea más fácil, a tomar la decisión correcta más difícil.

El tema central de este capítulo se encuentra bien representado en la pregunta inicial: “¿cómo hago lo correcto cuando estoy presionado hacer lo contrario?” Creo que toda persona ha pasado por esta experiencia, sabes lo que debes hacer; pero el hacerlo parece demasiado difícil y hay una gran presión contraria hacia lo que es más fácil; pero que en tu corazón sabes que no es correcto. Desde el niño que sabe que no está bien que hagan llorar a su amiguito, hasta el empleado que se le pide falsificar un reporte, la vida parece constantemente confrontarnos con situaciones como esta.

El capítulo al igual que los demás, se desarrolla a través de la historia de dos líderes: Al Quie, el gobernador de Minnesota, quien se sentía presionado por su ego a volver a postularse como gobernador en la próxima elección; pero en su interior sabía que no debía hacerlo, y Marilyn Carlson Nelson, quien teniendo una “vida perfecta” fue azotada por la muerte de su hija Julieta de sólo 19 años y ahora es presionada intensamente por un sentimiento de dolor y pérdida; pero finalmente no se dejó vencer, en cambio los contratiempos y las duras pruebas la fortalecieron para dirigir las compañías Carlson en el nuevo siglo.

Creo que esta parte de la conclusión resume una definición maravillosa del coraje: “Al coraje se lo mal entiende fácilmente. Para muchos, el coraje se define al hacer cosas valientes o audaces. La razón subyacente para la acción puede ser la satisfacción del ego el poder o el reconocimiento. Demostrar coraje moral es un asunto bien privado entre usted y Dios.” (Página 84). Los dos puntos recalcados como parte de la construcción son los siguientes:

  1. Desafíos corrientes: casi siempre tendremos que luchar intensamente antes de hallar el coraje para seguir adelante con una vida nueva, tomar esa decisión correcta que sabemos debemos tomar.
  2. Recompensas y bendiciones corrientes: las recompensas que vienen del tomar la decisión correcta, vienen en otra dimensión. En los ejemplos presentados en el capítulo, ambos líderes adquirieron poder y autoridad; pero no a través del dinero o la posición que mantuvieron sino que otros pudieron ver en sus decisiones, acciones que estaban alineadas con sus principios, y las mismas expresaban sus deseo de servir al bien mayor.

4- Paciencia: de salir a las corridas bajo presión a correr con un propósito.

Si tuviera que resumir el mensaje del capítulo en una sola frase citaría la última frase de la página 91 que lee: “la paciencia es la clave del éxito a largo plazo”. Este capítulo es básicamente una lección acerca de cómo a veces al ser impacientes y perder de vista el plazo de las cosas nos lleva a tomar decisiones y cursos de acción que lo mejor resuelven la necesidad inmediata pero no ayudan o, a lo mejor, aún perjudican las metas a largo plazo. “La paciencia y la presión del balance final son como el agua y el aceite: no se mezclan. El hecho de tener paciencia para trabajar en un plan a largo plazo suena fantástico en teoría, pero en la realidad la presión a corto plazo a menudo nos fuerza a planificar otro juego. La presión proviene de fuerzas internas y externas. La expectativa del balance final por producir, junto a la presión interna por tener éxito, nos sacan de nuestro plan de juego.” (Pág. 91)

El primer caso de estudio de este capítulo es Tony Dungy. En su rol de director técnico de Los Bucaneros de Tampa, tuvo que resistir la presión a cambiar de estrategia, cambiar cualquier cosa con tal de ganar; sin embargo, tuvo la paciencia para esperar a que el plan establecido produjera frutos tangibles a su debido tiempo. Él sabía que su estrategia de construir un personal de entrenamiento compuesto por hombres que fueran ejemplo en cuanto sus valores, en cuanto al carácter, la responsabilidad personal y el trabajo en equipo, habría de traer sus frutos al debido tiempo. Esto le permitió tener resultados que van más allá de él sólo ganar partidos, los jugadores se han convertido modelos maravillosos de conducta y la comunidad de la Bahía de Tampa les ama. Me encanta su declaración en la página 98 por qué encierran gran mensaje en cuanto a la paciencia: “cuando uno tiene éxito es fácil aferrarse a las convicciones; pero cuando el éxito se retrasa, aferrarse a lo que uno cree que es correcto es difícil. Dios obra de maneras que parecen ilógicas. Uno tiene que estar dispuesto a asirse al plan de Dios aun cuando uno no lo entienda.”

El segundo caso de estudio de este capítulo es Archie Dunham. Él mismo declara que“era impaciente. Las cosas no avanzaban lo suficientemente rápido para mi” y aunque le iba bien en Conoco, su impaciencia lo hizo inquieto e infeliz. Archie continúa relatando la historia acerca de cómo su impaciencia era un obstáculo más que una ayuda, ya que le había robado su paz y cómo el haberse rendido a la línea de tiempo de Dios le permitió a Dios mover las piezas correctas, para ponerlo en el lugar y la situación correcta, en el momento correcto. Mi frase favorita de este caso estudio: “no usamos a Dios para nuestro éxito; él utiliza nuestros talentos para su éxito. Dios a menudo trabaja través de esas personas sobre las cuales puede depender.” (Página 104)

La conclusión de este capítulo nos presenta tres puntos esenciales:

  1. Oración: ambos usaron la oración como un medio para vencer la impaciencia.
  2. Perspectiva: el logro de una meta es extremadamente importante, pero es fácil perder la perspectiva. Debemos tener la habilidad de ver más allá de nuestra circunstancia inmediata, al mismo tiempo sin ignorarla.
  3. Preparación: tanto Tony como Archie dependieron de la paciencia y la perseverancia como instrumento necesario para el crecimiento. Esencialmente su paciencia los preparaba para un servicio mayor a Dios.

 

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