Aparentemente al hablar de la fe, Pablo y Santiago se contradicen, pero tenemos que tener en cuenta el contexto en que cada uno de los apóstoles está hablando.
Cuando Pablo nos dice en Rom.3:28:
“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley”.
El contexto son personas que piensan en las obras de la Ley de Dios como medio para salvarse. Antes de llegar a este versículo ha explicado muy detalladamente que todos somos pecadores y que nadie se justificará por las obras de la Ley. Y al decir: Concluimos, quiere decir: Por tanto, llegamos a la conclusión.
¿Tú crees que alguien puede salvarse por obras, cumpliendo los mandamientos de Dios siempre sin faltar ninguna vez en la vida?
Esas son las obras del la Ley de las que Pablo habla.
Santiago nos dice en su epístola 2:20:
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
¿Cuál es el contexto en que nos habla? Santiago está escribiendo su carta a iglesias cristianas que ya sabían que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, pero había gentes entre ellos que no se habían arrepentido, ni habían nacido de nuevo, y porque oían de “la Justicia por la Fe” vivían engañados pensando y diciendo que ellos también eran salvos. Santiago dice que la fe que salva tiene unas obras (un fruto) el fruto del Espíritu que vemos en Gálatas 5:22-23:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza…”
¿Tú crees que alguien que se ha arrepentido, ha creído en Cristo, ha sido salvado y ha recibido al Espíritu Santo, no se va a notar que Cristo vive en él? ¿Por poco que sea? ¿Aunque sea el cristiano más torpe?
Eso serían las obras de la fe a las que Santiago se refiere.
Como puedes ver hay una diferencia: Pablo habla de las obras de la Ley para salvarse; y Santiago de las obras de la Fe del que ya es salvo.
Pongamos un ejemplo: casi todos los gusanos se transforman en mariposas (En tu país debe haber preciosas mariposas, me gustaría verlas) Pero un gusano por más que lo intente no podrá volar, esto es como tratar de cumplir las obras de la Ley de Dios para salvarse.
Nosotros somos como ese gusano en un sentido comparativo: Jamás podremos volar para alcanzar la vida eterna. Ahora bien, surge la transformación y el gusano ya es mariposa y ya puede volar, lo suyo es volar. Así también nosotros cuando nos arrepentimos y recibimos a Cristo como nuestro Salvador somos hechos nuevas criaturas.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2ª Corintios 5:17
Lo mismo que la mariposa se ve que lo es porque vuela, así el creyente de verdad se ve que lo es por las obras de la fe, que es el fruto del Espíritu Santo.
También es posible que la mariposa tenga buena memoria y recuerde el tiempo en que era gusano y se arrastraba por el suelo, y piense que no se merece ser mariposa y que debe seguir aquella vida arrastrada. (Esto lo digo como ejemplo de muchos creyentes que viven presionados por el recuerdo de su pasado) Pero como nos dice el versículo de arriba, somos nuevas criaturas y Dios ha perdonado totalmente nuestro pasado, “ha hecho borrón y cuenta nueva” en Cristo, y debemos creer esto y vivir como lo que somos: ¡Nuevas criaturas!
Referencias Bibliográficas
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