Algunos creen que siendo líderes deben ser los primeros en el organigrama de la iglesia, porque en su mente están centradas todas las ideas para que todo fluya de forma normal y exitosamente. En este esquema, no hay espacio para otras opiniones contrarias, porque ellos y sólo ellos tienen la razón y los demás deben acatar. Un liderazgo bajo el perfil anterior está cimentado en la jerarquía, lo que inevitablemente llevará a los subordinados a ser considerados como inferiores, generando en ellos, sentimientos adversos, como se mencionan en el texto “Liderazgo Cristiano”, estos son: Arrogancia, Ambición impía, Politiquería sucia, Echar la culpa a otro, Agradar a los hombres, Pérdida de personal competente y Desprecio de la autoridad espiritual de los oficiales ordenados.

Estos sentimientos se replicarán desde los líderes a los hombres o mujeres que los ayudan a ejercer su liderazgo en una empresa, una iglesia o un grupo de personas, generando en muchos de los subordinados una postura argumentativa de negación a la jerarquía autoritaria y optarán por renunciar o dejar su lugar de origen o la iglesia que los vio crecer. Lo anterior se puede evitar o revertir, si las y los líderes someten sus vidas y el ejercicio de su liderazgo a las bases establecidas a la luz de las sagradas escrituras, que están impregnadas de las enseñanzas de Jesucristo.

Puntos para Considerar

Los líderes cristianos tienen un llamado divino, es por gracia y no por mérito. Ellos y ellas comparten su liderazgo a través de sus enseñanzas, para que estos las repliquen sabiamente entre los suyos y en los que se acerquen al evangelio de Jesucristo. Saben, comprenden, aceptan y valoran que su liderazgo no es humano y que aquellos y aquellas que lideran son hijos de Dios, ovejas del redil de Él. Independientemente del liderazgo cristiano, Dios sabe que puso su unción en hombres y mujeres con un carácter y características propias, las que serán diferentes entre unos/as y otros/as. Estas diferencias serán usadas por Dios para que puedan llegar a diferentes grupos de personas con el mensaje de salvación, mostrando el verdadero carácter de Jesucristo, que se refleja sustantivamente en hombres y mujeres al servicio de Dios.

Las y los líderes cristianos, no solo deben mostrar y ejercer el carácter de Dios, sino que también deben poseer un plan de trabajo consensuado entre los hombres y mujeres que les ayudan, analizando los beneficios, peligros y el impacto que tendrán en la membresía de su iglesia. Enfocados principalmente en el gran objetivo del líder cristiano que es cumplir con la gran comisión, la que es mencionada en Mateo 28:19 – 20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…”

Las y los líderes cristianos no están ajenos a las dificultades, en diferentes áreas, algunas relacionadas con el carácter de sus subordinados, opositores a la visión del evangelio, problemas sociales al interior de la membresía, situaciones de enfermedad de éstos o de los hombres y mujeres que le prestan ayuda en su liderazgo o situaciones económicas que afectan la sustentabilidad de los gastos básicos de la iglesia. Es ahí donde deben tener una actitud positiva y creativa bajo el prisma divino para generar las mejores soluciones en conjunto con las personas más idóneas, cuyo principal objetivo será el servicio.

Este servicio a Dios debe buscar el desarrollo de un carácter íntegro idealmente, para que no dé lugar a dudas de ningún tipo entre la membresía. Esto significa mantener ordenados los dineros que ingresan y egresan de la iglesia. De esta forma, no solo generará la imagen de un líder ordenado, sino que trasmitirá seguridad, evitando acusaciones innecesarias; además, Aquellos y aquellas que están bajo su autoridad, deben reconocer y valorar en ellos la unción divina, evitando caer en idolatrías que le restan protagonismo a Dios. La membresía de una iglesia debe respetar y cuidar a sus líderes, valorando que son ellas y ellos los que ministran la palabra y enseñanzas de Jesucristo en diferentes instancias congregacionales.

Corrigiendo con Amor y Misericordia

En todo tipo de relaciones, el trato respetuoso es la base de una positiva, creciente y permanente relación. Es por esto, que el autor aconseja, que a pesar de que la corrección es un procedimiento difícil, de igual forma debe hacerse, porque es un deber del líder, del cual Dios les pedirá cuenta. Para esto, las y los líderes deben guiarse y seguir los siguientes consejos presentados en Proverbios 16:6 “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” Los líderes deberán proceder con seguridad que están haciendo lo correcto, porque su autoridad proviene de Dios.” (Alvarado, 10 de marzo de 2023)

 

Referencias Bibliográficas

  1. Alvarado, L. (10 de marzo de 2023) Resumen del Libro: Liderazgo Cristiano: Principios y Práctica. Universidad Cristiana Logos -UCL-
  2. Curso IBLO No.21 –IPTH-306 Integridad en el Liderazgo- Universidad Cristiana Logos -UCL-
  3. Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales.

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