Jesús dice que si no nacemos de nuevo no podemos ver el Reino de Dios.
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Juan 3:3.
¿Y por qué necesitamos nacer de nuevo? Porque para Dios estamos muertos espiritualmente en nuestros delitos y pecados, por eso necesitamos urgentemente que Dios nos de vida: nueva.
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”.
Efesios 2:1.
¿Esto nos viene por algún bautismo o confirmación? NO, viene por recibir a Jesucristo como único y suficiente Salvador, por creer en El de corazón:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” Juan 1:12.
¿Se nota este nuevo nacimiento, o puedo nacer de nuevo sin darme cuenta? ¡Claro que se nota! dice S. Pablo en la 2ª a los Corintios 5:17:
“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
Así que cuando recibimos a Cristo todo cambia en nosotros, desde nuestros pensamientos a nuestras acciones. Todos los que hemos nacido de nuevo podemos decir más o menos la fecha en que eso ocurrió.”Yo tenía 23 años, había empezado a leer los evangelios, me daba cuenta que era un pecador perdido, y una noche que leía la Palabra de Dios, sólo, en la cocina de mi casa, caí de rodillas pidiendo perdón a Dios y rogando que Cristo me salvara y entrara en mi vida. Así nací de nuevo.”
Podemos entender que estas cosas no son para niños pequeñitos, ya que tenemos necesidad de ello cuando “estamos muertos en delitos y pecados” Así lo entendió Nicodemo cuando le preguntó al Señor: “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” Juan 3:4.
Todos nosotros, desde que tenemos conciencia de haber pecado, necesitamos nacer de nuevo.
Nacer de nuevo es pasar de muerte a vida, como lo dice Jesucristo mismo en Juan 5:24:
“De cierto de cierto os digo: el que oye mí palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.
Y todo esto sucede por sencilla fe en lo que dice el Salvador.
Jesús dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye vi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Apocalipsis 3:20.
Él llama a la puerta de tu corazón, para que le abras, y él entre para perdonar todos tus pecados y darte VIDA nueva.
¿Por qué no le invitas?
Referencias Bibliográficas
- Feliciano Briones Cursos Bíblicos Apartados 2.459 28080 MADRID
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