Dios mi Jefe
Basado en el Libro Dios mi Jefe de Negocios, de Larry Julian
Paciencia sin presión
Julian nos invita a desarrollar la mirada a largo plazo y la paciencia para que las obras den fruto, como al tomar decisiones debemos hacerlos esperando en Dios y evaluando bien las metas a largo plazo.
En las experiencias citadas Dungy refiere “cuando uno tiene éxito es fácil aferrarse a las convicciones; pero cuando el éxito se retrasa, aferrarse a lo que uno cree que es correcto es difícil. Dios obra de maneras que parecen ilógicas. Uno tiene que estar dispuesto a asirse al plan de Dios aun cuando uno no lo entienda.”(pág. 98)
De igual forma Dunham sostiene “no usamos a Dios para nuestro éxito; él utiliza nuestros talentos para su éxito.” (Página 104) Es decir, no solo esperar en el actuar de Dios, sino reconocer que somos instrumentos para su obra.
Diariamente la paciencia y la presión, no van juntas, la presión nos lleva muchas veces a decisiones erradas. Siendo “la paciencia la clave del éxito a largo plazo”. (pág. 91)
Para ello debemos tener claros tres puntos esenciales:
- Oración como medio para vencer la impaciencia.
- Perspectiva: evitar perder la perspectiva. Desarrollemos la habilidad de ver más allá de nuestra circunstancia inmediata, al mismo tiempo sin ignorarla.
- Preparación: ejercitar la paciencia y la perseverancia como instrumento necesario para el crecimiento.
Liderazgo según el ejemplo
Se procura que tengamos integración entre nuestra identidad como creyentes y nuestro papel como líderes de una organización o profesionales. Evitando la pesadilla de relaciones profesionales al compartir la fe en el trabajo sin negar nuestra fe cristiana.
Jeff Coors plantea que estaba atrapado entre dos mundos: el de los domingos en la Iglesia y el de la semana de trabajo, sintiéndose incompleto en todas partes, en la Iglesia no podía hablar de negocios y en el trabajo es tabú hablar de fe.
Tal situación fue superada gracias al consejo de algunas personas sabias, mucha oración y análisis, dándose cuenta que su negocio era un llamado y estaba justamente en el lugar donde Dios quería que él esté.
La experiencia de Becket al liderar la corporación R. W. Becket le permitió ante la posible introducción de un sindicato comprender que “uno no puede dejar el corazón en la puerta cuando se viene a trabajar…la compasión y el respeto están en el mismo centro de un negocio exitoso”. Esta revelación le permitió transformar su dinámica empresarial aplicando la compasión y la responsabilidad.
No debemos separarnos de nuestra fe al entrar al trabajo, ultimadamente el liderazgo a la manera de Jesús, el respeto y la compasión son elementos básicos de nuestra fe sin los cuales se hace extremadamente difícil liderar una organización de forma exitosa .
Ceder el control y salir victorioso
En ocasiones, mientras más nos preocupamos por mantener el control de la situación, menos control ejercemos sobre los resultados que esperamos. Por ello es clave poder reconocer “¿cuándo es tiempo de hacerse cargo y cuando es tiempo de renunciar al control?”
Las experiencias presentadas en el texto exponen cómo estos líderes ante la situación de crisis y cambios en el que se encontraban, viendo que sus acciones no generaban los resultados esperados sintiéndose agobiados y desesperanzados se rindieron ante Dios. Pudiendo así trabajar arduamente pero con serenidad y paz.
Como líderes, la responsabilidad recae sobre nosotros; pero la experiencia demuestra que sólo son responsables por las cosas que están bajo su control y en esencia debemos poner en práctica en lo más profundo de nuestro ser, la conocida oración: “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”.
Rendirse ante Dios no es darse por vencido, sino cederle a Él, el poder y la autoridad que de todas maneras ya le pertenece. Debemos siempre hacerle frente a nuestras responsabilidades, al mismo tiempo sin atormentarnos por aquello que está fuera de nuestro control.
Tomar decisiones difíciles
“A veces lo único que puedes hacer es escoger la opción menos mala” en algún momento hemos de enfrentar una situación en la que aunque se supone que tenemos opciones, no tenemos ninguna opción buena y preferiríamos evitar por completo la situación o la decisión; pero por difícil o abrumador que pueda aparecer, no podemos simplemente evitar tomar las decisiones difíciles.
En el texto nos presentan que ante situaciones adversas si buscamos la sabiduría de Dios podremos atravesar procesos difíciles, permitiendo gradualmente ganar la confianza y sembrando esperanza.
No significa que sea un proceso fácil, pues tal como declara Scott “a través de todo el proceso me encontré con la resistencia y me enfrente con adversarios intimidantes.”(página 163)
Para alcanzar el triunfo ante situaciones como estas se debe:
- Buscaron la sabiduría de Dios primero
- Entender el rol y responsabilidad como líderes (reconocieron su responsabilidad ante Dios y rechazaron permitir que la situación fuese a la deriva)
- Nunca renunciar a la esperanza (por muy mal que se vea el momento, tenga la convicción de que viene algo mejor)
La solución no viene de inmediato, a veces toma más tiempo, esfuerzo, lucha y oración de lo que quizás hubiésemos deseado. Y como líderes somos llamados a más que simplemente encontrar soluciones: ¡somos llamados a crearlas!