Resumen La Brújula para el Ministro Evangélico, Zondervan.
Realizado por Nancy I Falcon, estudiante de la Universidad Cristiana Logos.
Como ministros es muy importante que tomemos en consideración varios asuntos, para tener éxito en el ministerio debemos cumplir y dar mucha importancia a los principios enunciados. Por ejemplo es muy esencial y muy importante que los ministros oremos en privado; es muy importante la oración privada, pasar tiempo a solas con Dios como lo hicieron algunos hombres de Dios, por ejemplo Moisés, pasaba tiempo en comunión con Dios. Jesús, el hijo de Dios, siendo divino, pasaba mucho tiempo en oración privada, el acostumbraba a orar y dió ejemplo a sus discípulos. El apóstol Pablo, también supo darle importancia a la oración.
Es de suma importancia ya que diariamente necesitamos de la ayuda del Señor, dependemos totalmente de Dios, necesitamos de su guianza, de su dirección, para tomar mejores decisiones. Otra razón por lo cual la oración es muy importante, es que nosotros necesitamos reconocer y agradecer a Dios todo lo ha hecho, lo que hace y hará en nuestras vidas, agradecemos su amor y misericordia, su perdón, de lo contrario seríamos ingratos. Dios espera que oremos en todo tiempo, que oremos sin cesar, no importa las circunstancias de la vida, debemos siempre orar, tener comunión con Dios, sería un pecado no tener comunión con nuestro hacedor. Existen peligros que acechan a los ministros y el peor de todos es el no sentirse motivado para orar.
Mediante la oración se tornan en victorias nuestras grandes batallas, algunas dificultades y obstáculos para orar son:
- La impresión de “sentir la presencia de Dios”.
- El pedir mal.
- La oración impositiva, ser exigentes con Dios.
En la voluntad de Dios, radica la eficacia de la oración. Dios nos guía por medio de la oración. El ministro para lograr ser un hombre de oración debe aprender a adorar. También es muy importante que aprendamos a meditar en todo momento. Al meditar captamos las ondas sublimes del cielo, el Espíritu Santo nos puede cautivar, cuando meditamos y nos lleva a la adoración, la meditación es parte de la adoración, debemos adorar, alabar a Dios en todo tiempo, en todo lugar, no importa donde nos encontremos. La palabra de Dios, nos dice que “Dios habita en la alabanza”. Salmo 22:3. Debemos siempre alabar a Dios, por todo lo bueno y malo que nos sucede, no solamente por las cosas buenas. Job dijo en una ocasión y es algo que he aprendido cuando dijo que “aceptaba de Dios tanto lo bueno como lo malo y en medio de su aflicción, el adoraba a Dios, a pesar de que su esposa no entendía y ella deseaba mejor que Job maldijera a Dios.
Es de suma importancia también que los ministros aprendamos a reconocer nuestras faltas y errores y nos humillemos a Dios, debemos ante su presencia confesar nuestras faltas, ser sinceros ante Él, es muy importante que los ministros seamos intercesores, ser mediadores, acordarnos siempre y pensar en las necesidades de las demás personas. Como menciona el escritor, Jesucristo es nuestro gran ejemplo, quien siendo divino, siendo el hijo de Dios, intercedía, oraba todo el tiempo, intercedió por sus discípulos y por todos aquellos que creerían en El, o sea Cristo oró a Dios por cada uno de nosotros, los que hemos creído en El, al orar, recordemos que siempre Dios hará su voluntad, y que cuando oremos, debemos recordar como Jesus mismo dijo mientras oraba antes de ser arrestado que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas y no la nuestra. Cuando pidamos a Dios, tenemos que recordar que debemos cumplir con ciertos requisitos para que nuestras oraciones sean contestadas, estar seguros que lo que pidamos a Dios, debe estar dentro de la voluntad del Padre, estar dispuestos a aceptar su voluntad cual sea, porque el contestará de acuerdo a su voluntad y a lo que nos conviene. Dios siempre contesta nuestras peticiones, siempre tiene una respuesta, tiene un Sí y también contesta con un No. El sabe lo que nos conviene, que puede ser de bendición para nosotros o de maldición. Debemos hacer nuestra peticiones con fe, y esperar la respuesta de Dios.
Es muy triste reconocer que en el mundo de hoy carecemos de hombres con carácter firme. El carácter del ministro debe ser equilibrado y firme. El carácter del ministro debe ser diferente a los demás, sus costumbres, su forma de comportarse, cualidades, costumbres deben ser diferentes a las demás personas. Es muy importante que conozcamos nuestro carácter para así poder descubrir los motivos que influyeron para nosotros tomar algunas decisiones. El escritor tiene razón cuando el menciona que nosotros mostramos un buen grado de madurez cuando hacemos un análisis de nosotros mismos con valentía. Como menciona el escritor puede que no lleguemos a saber cómo realmente somos, pero es un signo de madurez el tratar de por lo menos saber como somos. Me llama mucho la atención las tres frases que menciona el escritor, las cuales nos pueden ayudar a tener una idea de que tipo de persona somos o hemos llegado a ser en el ministerio cristiano:
- ¿Cómo creo que soy?
- ¿Cómo creen los demás que soy?
- ¿Cómo soy en realidad?
Debemos comprender que nuestra mente ejerce una influencia en nuestro comportamiento de manera considerable. El Apóstol Pablo, nos aconseja y nos dice en el libro de Filipenses 4:8- “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Los ministros debemos darle la importancia que merece a la mente.
Dos hombres contemporáneos han escrito un libro que expone nuestra naturaleza sicológica de una forma simplificada. El Dr. Eric Berne y luego el Dr. Thomas A. Harris en su libro “Yo estoy bien, tú estás bien” nos enseña, o demuestra que la mente del ser humano tiene una estructura parecida a la computadora electrónica. Según el Dr. Harris y Berne, el cerebro tiene tres diferentes juegos de “programas” con sus memorias que consisten en “Cintas” las cuales según ellos, todos los seres humanos llevamos en nuestro interior estas tres Cintas. Las tres Cintas, son: Padre, Adulto y Niño. Atraves de sus epístolas el Apostol Pablo insiste en que debemos renovar nuestras mentes. Estoy de acuerdo con lo que menciona el escritor de que los ministros debemos renovar nuestras mentes, cambiar nuestro modo de pensar, y ser maduros. Sí, yo también creo que podemos hacerlo, que es nuestra obligación, para ser mejores seres humanos, creyentes y ministros. El Apóstol Pablo dijo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre, dejé lo que era de niño”. 1ra de Corintios 13:11.
Nuestro cuerpo, es templo del Espíritu Santo, y debemos de darle gran importancia a nuestra salud física, debemos preocuparnos por cuidar nuestra salud tanto física, como mental y espiritualmente. En lo que corresponde a la salud, estas condiciones colaboran para que podamos estar en el sendero del éxito. Es muy importante que tengamos una disciplina en el comer, que seamos sabios en nuestra alimentación, que los ministros separemos tiempo suficiente para descansar, ha sido comprobado que para mantenernos sanos, necesitamos estar activos siempre. El ejercicio corporal también es importante para la salud. Se recomienda hacer estos tipos de ejercicios: correr bicicleta, gymnasia, camianar al aire libre, levantamiento de pesas, corrrer a trote corto y natación. Como Ministros, si hay algo en que debemos tener mucho cuidado es con la vista. Nuestra vista merece la mejor atención possible, Es importante que vayamos al Oftalmólogo, periódicamente.
La voz, es nuestra arma de trabajo, no podemos descuidarla por completa como hacen muchas personas. Necesitamos tener una voz clara, buena, tener firmeza en la voz, el tono natural. Es muy importante tanto cuando prediquemos el sermón como tambien cuando vayamos a hacer visitas en los hogares, hacer ejercicios respiratorios, con lo cual la voz se beneficiará. No debemos forzar la voz cuando prediquemos.
Cuando lleguemos a la edad adulta de entre los 40 a los 55 años de edad, debemos cuidar nuestro aspect, no podemos cometer el error de muchos ministros que cuando llegan a esta edad, no cuidan su apariencia, su salud como antes lo hacían y les da lo mismo una cosa que otra. Esto no es nada favorable ya que podemos proyectar a la Iglesia una imagen que no es recomendable. Dios, nos ha dado un cuerpo, el cual debemos cuidar para que podamos durar más y podamos ser más eficaces en nuestro desempeño. Para que podamos vivir bien y podamos servir a Dios debidamente, debemos prestar atención a cada una de las esferas de nuestra vida. Dios nos ha creado, con espíritu, alma y cuerpo y debemos darle total importancia a todas nuestras áreas.
Por último, como menciona el escritor, el recreo, ocupa un lugar muy importante en nuestras vidas, es como la medicina para nuestro organismo, distrae el Sistema nervioso, y nuestra mente puede descansar. Existen diferentes formas de recreo por ejemplo: Ir a un parque, ir a un zoológico, practicar algún deporte, visitar algún museo, compartir con la familia en el campo, etc.
Como ministros debemos ser sabios, inteligentes cuando decidamos escoger como y en donde vamos a recrearnos, para descansar, despejar nuestra mente, nuestro ser interior, es algo que realmente lo necesitamos. Muchos cometemos el error de no descansar, ni recrearnos, y no nos damos cuenta de cuánto daño emocional, mental sufrimos por falta de recrearnos y solamente dedicarnos a atender nuestras responsabilidades, lo cual es lo correcto pero no le damos importancia a nuestra salud emocional como debiéramos. Debemos cuidar de manera sabia nuestro cuerpo, espíritu y la mente.