La codicia femenina ya sea para conquistar, enamorar o tentar a uno o más hombres consiste en atraer su atención y corazón, y para eso necesita saber algunos detalles sobre cómo concentrarse en las debilidades masculinas para descubrir qué es lo que puede atraer, de mejor manera, para ubicar conquistarlo y doblegarlo a sus encantos de mujer femenina con la determinación de establecer una relación que activa el sentido de la vista donde ambos se encuentran una cercanía agradablemente deleitosa que contribuyen a despertar un mayor nivel de atracción visual para ambos, dispensando tiempo para conversar y pasar algunos momentos juntos con la finalidad de no llegar a verlo como un simple hombre que se ha cruzado frente a su camino ni como un futuro amigo sino que piensa que está frente a un hombre que le demuestren su amor y afecto por él,donde en algunas ocasiones actuará de manera coqueta y divertida porque de esa manera en algún momento su cerebro pasará emocionalmente de la atracción sexual a la intencionalidad de hasta consumar la codicia desordenada en una o más relaciones sexuales, no importará romper toda fidelidad y relación que previamente tenga, ya que por ser una pasión traspasa los límites de la lógica, con tal de conseguir lo codiciado porque está gobernada por el gran ímpetu de la pasión carnal donde tal vez esa noche, consiga sexo pero no logrará enamorarlo.ya que por ser una pasión traspasa los límites de la lógica, con tal de conseguir lo codiciado porque está gobernada por el gran ímpetu de la pasión carnal donde tal vez esa noche, consiga sexo pero no logrará enamorarlo.ya que por ser una pasión traspasa los límites de la lógica, con tal de conseguir lo codiciado porque está gobernada por el gran ímpetu de la pasión carnal donde tal vez esa noche, consiga sexo pero no logrará enamorarlo.

Está bien que la mujer vista algo sexy, pero nunca exageradamente provocativa porque puede estar dando una señal que está demasiado apurada en conquistar a su príncipe azul. En cambio la mujer que tiene buena intención usará ropa moderada y no provocativa.

La mujer puede manifestar la codicia sexual a través del deseo voluntario de ser codiciada por algún hombre que sea el objeto de su deseo desenfrenado. Mientras que el varón, según quien sea, puede que se identifique con cierta o mucha voluntariedad con el deseo de llegar a dicha mujer. Pero cuando la mujer logra atraer su atención, averigua más sobre lo que le gusta para se sienta muy feliz con ella, ya que no tan solo insinúa sino que además muestra más piel que el vestido para seducir haciendo creer al hombre que él es quien toma la iniciativa y que, simplemente, ella se deja llevar por su atractivo. Porque para ellas basta  Salir a la calle vestida con faldas estrechas y cortas, blusas y camisetas explícitamente semiabiertas mostrando parte de su anatomía pectoral semidesnuda que son señales inequívocas que envían al menor varón las vea. Porque la codicia sexual es un asunto del corazón. Por esa razón, el gran rey David después de que se quemó en su codicia sexual, posterior al arrepentimiento, o así:

 

 

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal 51,10).

En los intentos tentacionales, todas las mujeres saben que muchos hombres son más fácilmente proclives a caer en la lujuria debido al ímpetu carnal cuando hay concupiscencia que es despertada por el hecho de ver la exhibición física de la anatomía femenina debido al osado uso de ropas provocativas que muestra más piel que vestido acrecentado por el uso de perfumes sensuales que estimulan hacia una atención específicamente sexual con la finalidad de lograr la consumación de la conquista. Pero también, debemos dejar muy en claro que hay muchas mujeres que solo les gusta jugar con los sentimientos para sexualmente incitar a uno o más hombres, que se imaginan expectativas infundadas y que no tienen la intención de satisfacer el deseo provocado.

Todo lo anterior, en el contexto de nuestro tema, fue motivado por el hermoso semblante que es el aspecto o la apariencia externa que al ver el rostro de un hombre, producir atracción y delegar que por lo general va al estado de salud, a su juventud o su estado anímico; en cambio la bella presencia, es la condición de presentación personal que tiene una persona, ya sea del género masculino o femenino que, a través de la historia y de la vida cotidiana ha sido y es muy notoria. Sobre todo, hacia las mujeres, es objeto de muchos tipos de miradas como ser: miradas de admiración, de codicias que mayormente, producen mucha tentación y viceversa. Es decir, el hermoso semblante y la bella presencia será el blanco donde se dirigirán los distintos tipos de miradas y es el escenario donde, a menudo,

Para el efecto de nuestro tema, se trata de la apariencia de la presentación físicamente personal de José:

 “… Y era José de hermoso semblante y bella presencia. Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo ”(Gn 39, 6-7).

Ese día, creo que Zuleica, de hecho planificó conquistar y seducir a José, para ese fin debió ataviarse con las ropas más sugerentes y con el mejor perfume para más mucho femenino donde es seguro que previamente se haya preocupado de  arreglar la pieza para que esté fuera de un lugar muy atractivo para los ojos de José con el fin de rendir cuanto antes al muy joven hebreo para que finalice cayendo en la red de sus brazos; pero fracasó debido a que, ese joven, era muy temeroso de Jehová su Dios ya la vez, muy respetuoso de la indicación de su amo Potifar, un gran oficial de la corte egipcia y jefe de la guardia del faraón, quien lo había comprado a los mercaderes ismaelitas, quienes lo adquirieron, como esclavo, en quien este amo depositó toda su confianza porque, a través de la observación personal, vio que Jehová estaba con él.

 “Y dejé todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupé de algo alguna vez del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia ”(Gn 39, 6).

 El hermoso semblante y la bella presencia, en este contexto, resultó ser de un hombre joven muy apuesto que gracias a Dios no tuvo sincronía entre las dos partes porque era un siervo muy temeroso de Dios, en el cual, no parecía su ama, lanzó sus ojos en él, pero no para bien sino, con la intención de cuanto antes sexualmente seducirlo.

 “Y sucedió que después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo” (Gn 39, 8).

Gracias al Señor que la táctica no fue para establecer un ambiente romántico, sino que la mirada a José le especificó barbárica y devorativamente agresiva pero no carente de una gran dosis intencional : “Duerme conmigo”. Tal vez, estas palabras espantaron mucho la sensibilidad temerosamente espiritual de José. Esto, de hecho, primeramente, implicaba tener efusivas relaciones sexuales durante la noche con la plena satisfacción de hasta llegar a un dormitorio con él. Porque en la normalidad carnal, a mujeres como hombres nos gusta seducir por igual, tal vez, sin percatarse que las aventuras prometen sueños ilícitos que es seguro que más adelante pueden transformarse en un gran calvario de agobiantes pesadillas.

Las miradas, a la vez, pueden ser como un material que se va a probar en un laboratorio de pruebas donde se pueden analizar y determinar las diferentes características de los tipos de miradas que, generalmente, pueden ir a través de una simple mirada de admiración sana mediante la cualidad nos podemos examinar a nosotros mismos de cómo habitualmente andamos en nuestra actualidad espiritual:

 “Digo, pues, andad en el Espíritu y no satisface los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y que se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis ”(Gá 5, 16-17).

Pero esto no debe significar que, diariamente, nos preocupemos de mirar y mirar para observar las diferentes féminas con la finalidad de ver cómo va nuestra actualidad espiritual, al día de hoy. Eso es tentarnos a nosotros mismos. Sino que me refiero al acostumbrado mirar ocasionalmente debido a nuestro diario andar hacia nuestro trabajo, por salir de compras, etc.

El escenario en que diariamente estuvo José, hasta antes de ser honrado virrey por Dios, por intermedio de faraón fue un verdadero laboratorio de pruebas muy complicado. Porque poner una prueba en hebreo es (Bachan) y en griego (Dokimadzo), ambos términos son benignos, porque Dios pone una prueba con la propuesta de evidenciar que hay pureza interior y exterior y que además se tiene un carácter refinado para dar completa aprobación . Porque prueba es: hacer un examen para saber y ver las cualidades de alguien. Donde podemos con gran libertad escribir que es el instrumento por excelencia que Dios utiliza durante el proceso donde demostramos la respetiva fe y el Temor reverente hacia Dios, y no claudicar frente a la restauración de la mesa de los distintos placeres del pecado.

 Entonces, ¿Cuál es la finalidad de la prueba?

 Es sólo así se evidencia para testimoniar cuánto hemos aprendido, y cuánto hemos avanzado en la práctica para saber si hay concupiscencia y codicias, en nuestro corazón, arrepentirnos y confesarlas a los pies de nuestro Dios para, muy prontamente, apartarnos de ellas y alcanzar misericordia. Y pedir ser fortalecidos para andar en santidad de vida, para ser luz en medio de las tinieblas de este mundo oscuro.

Tentación: En el hebreo es (Nasah) y (Peivadzo) en griego. En Mateo 4. Es donde nuestro Señor Jesús fue puesto en el escenario de prueba. Donde satanás tienta al maestro, pero sin ningún logro. Porque en Él no hubo concupiscencia, menos codicia. Porque desde su concepción virginal anunciada por el ángel, fue un santo ser.

Entonces las tentaciones vienen de tres fuentes:

 1- Las que vienen por nuestra concupiscencia. Debido a todas las cosas que vemos en el mundo.

2- Las que explícitamente propuestas por el sexo opuesto

3- Las que son inusitadamente por el maligno

En cambio el escenario que tuvo la esposa del gran oficial Potifar, hacia José, fue causa de muchísima tentación. Debemos tener muy claro que la tentación ha sido originada en el corazón de satanás con la intencionalidad infernal de llevar tanto a la mujer como al hombre, cada vez, más al pecado por cuánto antes tenerlos en el infierno, muchísimo mejor; pero la prueba en el Corazón de Dios para demostrarle a satanás que Sus hijos realmente somos nuevas criaturas temerosas y fieles que ya no nos vendemos al pecado, sino que tenemos la honrosa bendición de resistencia en la fe al diablo donde esto obligadamente, debe emprender cuanto antes la huida.

“Someteos, pues, un Dios; resistid al diablo y huirá de vosotros ”(Stg 4, 7).

 Frente a la tentación tenemos tres opciones:  

  • Enfrentarla alguna vez a Dios, resistiendo al diablo.
  • Vestirnos del Señor y no proporcionar para la carne:

 Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no pruebes para los deseos de la carne ”(Ro 13, 14).

 Y terminar dándole la espalda, sin volver atrás, tal como lo hizo José.

 Al respecto, el gran apóstol Santiago nos da una mayor luz acerca de este tema:

 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, la corona de vida, Dios ha prometido a los que les aman ”(Stg 1,12).

 

Dr. Iván Pereira

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

 Biblia de Estudio Pentecostal, Rev. 1960, editar. Vida

 CIBERGRAFÍA

 Cómo seducir a un hombre: psicología, consejos y errores. Recuperado de … www.elespanol.com ›¿Cómo hacer …?

Recuperado de https://www.wikicristiano.org/diccionario-bi…/significado/…/

http://enseandolapalabra.blogspot.com/…/la-prueba-y-la-tent…

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