Pablo y la Teología de la prosperidad
A la luz de muchos de los predicadores de la Teología de la Prosperidad, Pablo necesitaría estudiar y reaprender para poder predicar y pastorear hoy día en una gran iglesia. En las siguientes líneas observaremos la posición paulina sobre la prosperidad y donde radica la misma.
Las Ganancias
En el libros de Timoteo 6:6-11, Pablo habla de ganancias, ahora bien son las ganancias económicas (dinero, mansiones, lujos, otros) a las que se refiere en el texto. Ciertamente no, Pablo claramente estaba advirtiendo a Timoteo a donde le llevaría buscar enriquecerse, indicándole que es buscar caer en tentación y lazo, produciendo esto destrucción y perdición.
De igual forma, señala “la raíz a todos los males es el amor al dinero”, muchos toman este versículo y dicen lo siguiente: yo no amo el dinero; pero pierden el sueño por las posesiones materiales, se preocupan por qué no se las roben ó deterioren, si invierten se obsesionan por el interés y si llegan a perder acciones, se afectan emocionalmente. Pueden pensar que no le aman pero sus fuerzas, su empeño y su fe están puestas en obtener dinero y de Dios lo que desean, en vez de poner su fe en hacer la voluntad de Dios para sus vidas.
Pablo continúa diciendo: “mas tu hombre de Dios huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre”, se observa claramente que Pablo se refiere a las ganancias en piedad y le dice a Timoteo huya de lo demás.
Dios proveedor
En la carta a los Filipenses 4:19 “Mi Dios pues suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Pablo a diferencia de lo que señalan los apóstoles de la prosperidad no se refiere a prosperidad económica, sino de la prosperidad espiritual que nos da el andar en la voluntad de Dios, el crecimiento en el evangelio, el servir a otros, en el buen testimonio y en meditar en cosas que agradan a Dios.
Pablo en esa carta en específico invita a los Filipenses a gozarse por que el Señor esta cerca, y agradece el haber cuidado de él. Sin ambigüedad les indica que por nada estén afanados, que todo lo presenten al Señor en oración y suplica; siendo lo opuesto a lo que enseña la Teología de la Prosperidad, quienes no le suplican a Dios en oración, sino que exigen a Dios “por su palabra”; eso no fue lo que Pablo le enseño a los filipenses.
A través de esta carta también, invita a aprender el contentamiento en cualquier situación en que este, tenga mucho o poco, puedo estar en cualquier situación si estamos en Cristo nuestra fortaleza.
Observemos: “Una y otra vez me ayudaste, no es que busque dádivas sino fruto abundante en vuestra cuenta”, con esta frase Pablo les está diciendo: me ha dado testimonio una y otra vez de su amor por mí y por Jesús. Mi Dios les va a suplir todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria. Pablo está hablando claramente de los frutos, puesto que termina “CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS”.
Las riquezas en gloria del Señor
Para entender las riquezas de su Gloria, tenemos primero que entender las riquezas de su gracia, debido a que vienen de ellas. En varias de sus cartas Pablo explica cuales son las riquezas en Gracia.
En Efesios 1:3-14, señala como las riquezas de su gracia nuestra redención por la sangre de Cristo, el perdón de nuestros pecados y el regalo del Espíritu Santo, haciendo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito.
Todo ello nos los da para la alabanza de su gloria, no para Gloria nuestra, no para que la gente nos admire por cuanto tenemos, o que carro guiamos o cuanta influencia social hemos alcanzado por nuestro poder adquisitivo, sino para que se vea Cristo en nosotros, y el éxito de la Salvación en nuestras vidas y en las vidas de aquellos a los cuales tocamos con el evangelio. Que Admiren, alaben y copien a Cristo no a nosotros y a nuestros éxitos materiales, sino a nuestros éxitos espirituales.
Entendiendo esto, entonces podemos entender las riquezas de la Gloria de Dios, señaladas en Colosenses 1:26-28; señala las riquezas de la Gloria de Dios es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.
De igual manera en Efesios 3:14-16, incluye en las riquezas de su Gloria al Espíritu Santo de Dios y la fortaleza con poder que el Espíritu nos da.
La prosperidad
Hemos de observar que la Prosperidad a la que Pablo se refería no tenía nada que ver con riquezas materiales, millones en dinero, posiciones o influencia social.
Pablo claramente habla del regalo de la Salvación que Jesús nos dio, de la redención con su sangre preciosa y del regalo del Espíritu Santo para guiarnos, madurarnos y discipularnos en la verdad de la palabra.
Dios va suplir todas nuestras necesidades conforme a sus riquezas en Gloria en Cristo Jesús, claro que sí, pero depende que riquezas estemos buscando, si las espirituales o las materiales, el ser o no ricos en ellas, depende de nosotros.