Cuando el conflicto es interno…

(Segunda parte )
Basado en el libro Resuelva sus Conflictos

La madurez con que actuamos

Las Personas ante las situaciones desagradables puede actuar dejándose llevar por las emociones o como lo cita el Dr. Alan por sus instintos animales, generando distanciamiento con los demás.

Ante las emociones desagradables los mecanismos de reacción de los otros se activan inmediatamente para responder a un conflicto; el ser humano se siente amenazado, pudiendo generarse un daño física, psicológicamente y verbalmente, que traen consigo traumas, rencor, odio, envidias.

En el libro 1 Corintios 14:20 se nos recomienda ante las dificultades diarias pensar y actuar con madurez, siendo muy importante actuar de manera ecuánime en todos los aspectos pudiendo mantener así buenas relaciones.

Debemos concientizar cuales son los mecanismos de reacción predominantes en nosotros, trabajando las áreas de debilidad y fortaleciendo aquellas que nos ayudan a mejorar nuestras conductas favorables.

Las emociones de las que muchas veces no somos conscientes se manifiestan en la expresión del rostro, la postura corporal y en estados mentales específicos. También influyen en el estado de ánimo, la motivación e incluso el carácter y la conducta.

No todos maduramos ni al mismo tiempo ni de la misma forma, puede madurar por la edad, experiencia entre otros, lo más relevante es que las personas maduras tienen una forma de adaptarse a las situaciones y  resolver conflictos mucho más adecuada.

De igual forma, influyen las convicciones  y creencias en el modo de actuar y reaccionar de cada persona quienes no tienen convicción firme tienden a ser más volubles y volátiles.

Reconocer los conflictos

Se deben diferenciar los tipos de conflictos, existen dos diferentes entre sí́ y pueden ser más o menos importantes, amenazadores e irreparables. También evolucionan de formas distintas y varían de acuerdo con múltiples dimensiones, fuerzas, recursos y objetivos.

Pueden ser conflictos destructores o aquellos considerados “constructivos”, estos últimos no tienen violencia y amplían la posibilidad del dialogo entre los grupos. Se destaca la existencia de un conflicto debidamente regulado e institucionalizado como medio efectivo para promover la justicia y contribuir.

Para evitar caer en la trampa del conflicto malo, debemos tomar acciones como por ejemplo delimitar nuestros mecanismos de reacción, responder en lugar de reaccionar y abstenerse de activar los mecanismos de reacción.

Debemos ser conscientes en evitar el conflicto malo que nos genera daño, evitando la trampa del otro que provocara que reaccionemos como él o ella desee.

 

Distinga a las personas

Dentro de las personas con quien podemos tratar encontraremos algunas que poseen un carácter tranquilo, amable, colaborador e inclusive afectuoso. Sin embargo, también encontraremos  malhumoradas, difíciles, conflictivas, displicentes y problemáticas o cuya forma habitual de dirigirse a los demás sea de manera demandante, agresiva, intolerante y controladora.

Existe aun otra categoría que llega a ser particularmente peligrosa y muy difícil de detectar. Son los que sin manifestarse abiertamente conflictivos, son capaces de degastar, robar la paz, e incluso envolverte hasta el punto de quitarte tu dinero con mil diferentes trucos y artimañas.

Por ello debemos de ser conscientes de los que están a nuestro rededor para no dejarnos manipular y evitar conflictos mayores.

Tipos de agresión

Existen dos tipos básicos de agresión: la agresión directa y la agresión encubierta. Cuando usted está determinado para obtener algo y es abierto, directo y obvio en su manera de enfrentamientos, su comportamiento es etiquetado como abiertamente agresivo.

Ahora si usted debe “ganar”, dominar o controlar, pero en forma sutil, secreta o bastante engañosa para esconder sus intenciones verdaderas, su comportamiento es más apropiadamente etiquetado como encubiertamente agresivo.

Evitar demostraciones abiertas de agresión es el vehículo para la manipulación interpersonal comúnmente usado para obtener del otro lo que pretenden. Para no ser una víctima hay que estar alertas.

Ross Marc Howard menciona que el conflicto tiene que ver con los fines concretos que los adversarios persiguen y, al mismo tiempo, con las interpretaciones que éstos hacen de lo que está en disputa. La mayoría de las veces el asunto en controversia es el punto focal de  soterradas diferencias de las que los antagonistas solo tienen un conocimiento parcial; diferencias estas que, si se ignoran, es muy probable que más adelante salgan de nuevo a la superficie.

 

Vivir libre de conflictos

Los conflictos se originan adentro y muestran a quién amamos y adoramos en verdad.  Pero la gracia de Dios en Cristo es más grande que cualquier conflicto y deseo de nuestro corazón.

Hemos de dejar de echar la culpa a otros, a las circunstancias o a la comunicación deficiente, y tomar tu responsabilidad en los pleitos y conflictos.  Abraza la gracia transformadora que Dios te ofrece en Cristo Jesús.

Pese a que como seres humanos complejos que tendemos al conflicto. Podemos dejarnos transformar nuestra vida dejando que ocupe Dios el lugar que ha sido usurpado por nuestros deseos.

Iniciemos a buscar crecimiento en las situaciones conflictivas, un conflicto sería emocionalmente constructivo pronunciar frases como “lo siento”, “perdóname”, “no te preocupes”, “te perdono”, “estoy dolido” o “gracias”. Evitando recurrir a respuestas (o pensamientos) del estilo de “no es mi culpa”, “esta te la guardo” o “ya era hora de que te dieras cuenta”, emocionalmente destructivos.

 

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