(Por José Juan Sosa)

El liderazgo cristiano es simple, pero no es fácil. Es simple porque los principios que lo rigen se encuentran establecidos claramente en la Palabra de Dios. Pero no es fácil porque quien lo ejerza debe tener valor para amar a las personas que Cristo ama incondicionalmente y debe tener firmeza para llevar adelante las tareas que Dios le encomiende sin desmayar. 

Si los cristianos estudian y aplican bien los principios bíblicos de liderazgo no necesitaran los modelos de liderazgo del mundo. Deben los líderes cristianos evitar mezclas de modelos de negocios seculares con modelos de liderazgo bíblico. 

Jesús resume el modelo ideal de los líderes que él desea tener para su obra en Mateo: 20: 20-28, donde se encuentra la petición de la madre de los hijos de Zebedeo que quería que sus hijos se sentaran al lado del Señor en su reino, pero Jesús le dice que los que quieren ser grandes en el reino de Dios serán los que sirvan a los demás. Esto establece claramente que el líder cristiano debe ser una persona humilde, que no se convierte en caudillo de nadie sino en un servidor de todos. 

La Virtud Esencial

Según refiere el apóstol Pablo en la segunda carta a los Corintios en el capítulo 1 verso 12 que la gloria y el honor de un líder de Jesucristo es presentarse con limpia conciencia ante todos, y con sinceridad y sencillez ante Dios y ante su pueblo sabiendo que han guardado una vida pura y sin manchas. 

Como Pablo, cada líder debe tener pureza   en su motivación, transparencia e integridad en su manera de actuar y de llevar   su vida diaria de acuerdo con los principios y valores de la Palabra de Dios. Es esencial que el líder espiritual sea moralmente aprobado, irreprochable y honorable, para que así el testimonio del evangelio no sea perjudicado. 

Además, se ha demostrado que tanto a nivel secular como en la iglesia una de las mayores fortalezas de los líderes   es la integridad acompañada de la humildad. 

Jerarquías en la Iglesia

El Reverendo Roger L. Smalling, refiere en su libro acerca del liderazgo, que las jerarquías no deben existir en la iglesia y que son peligrosas por que pueden generar en las personas arrogancia, ambición, politiquería, burocracia, y otros males propios de la condición caída del ser humano. 

De cierta manera tiene razón, pero depende del contexto, la cultura y la forma de llevar a cabo dicha jerarquía. Es cierto el enunciado de que ninguno puede enseñorearse del pueblo de Dios, ser un dictador de la Iglesia, ni hacerse dueño. Pero otras experiencias han demostrado que algunas culturas necesitan    tener definido los roles y las funciones de cada uno en la estructura organizacional y que haya una persona que pueda tomar las decisiones. Por supuesto, es necesario que el que preside, debe a su vez ser supervisado por un cuerpo de ancianos bien establecidos   y concertados.  

La Actitud del Líder

En la segunda carta del apóstol Pablo a Timoteo se refiere claramente que la actitud de aquel que lidera es lo que va a determinar si se está honrando a Dios o solo se están siguiendo los propios intereses personales, lo cual es pecado. 

El que lidera debe tener una actitud amable con todos. La amabilidad tiene que ver con el rasgo de la personalidad que es afectuosa, cordial y comprensiva. Al mismo tiempo refiere el apóstol Pablo que el siervo de Dios debe ser sufrido, esto tiene que ver con saber pasar por alto las ofensas, no responder mal por mal, soportar las debilidades de los demás y no permitir que los malos tratos de la gente perjudiquen su   corazón y su amor por Dios y por los hijos de Dios.  

Para poder influir en los demás de una manera sana y de acuerdo con el plan divino, la persona debe desarrollar un espíritu y actitud de humildad y al mismo tiempo de autoconfianza, sabiendo siempre que depende de Dios y que necesita a otros seres humanos para desarrollar el servicio con excelencia. Al mismo tiempo que es humilde, el líder debe desarrollar la confianza de que Dios le ha llamado y le ha escogido. Una persona que no tenga confianza y seguridad en sí misma, no puede ayudar a los demás. Por esto es necesario que el líder y siervo de Jesucristo sepa que su capacidad y fortaleza viene de Dios, y en Dios debe sentirse seguro de sí mismo.” (De Escalona, julio de 2023, pp.4-8)

 

Referencias Bibliográficas

  1. De Escalona, A. (julio de 2023). Liderazgo Cristiano. Instituto Bíblico on Line -IBLO- Universidad Cristiana Logos -UCL- 
  2. Curso IBLO No.21 -IPTH306 Integridad en el Liderazgo-
  3. Apuntes del Profesor José Juan Sosa Morales

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

WeCreativez WhatsApp Support
Nuestro equipo de atención al cliente está aquí para responder a sus preguntas. Pregúntanos cualquier cosa!
👋 Hola, ¿cómo puedo ayudar?