El hermoso semblante, es el aspecto o la apariencia física que, al ver el rostro de un individuo, ya sea mujer u hombre, no tan solo produce atracción, sino que también conlleva hacia el deleite y, por lo general, es vinculado a su excelente estado de salud, a su juventud y a su estado anímico. La bella presencia, es la condición de presentación físicamente personal que tiene una persona, ya sea del género masculino o femenino que, a través de la historia y de la vida prácticamente cotidiana ha sido y es muy notoria. Sobre todo, hacia las mujeres, es objeto de muchos tipos de miradas como: miradas de admiración, de codicias y, mayormente, de mucha tentación y viceversa. Es decir, el hermoso semblante y la bella presencia será el blanco donde se dirigirán arreciando todos los tipos de miradas ya sean de admiración sana o codiciosa con tendencias a posesivas, y son el escenario donde, diariamente, se iniciarán cuatro frentes de gran lucha:

Primero. Una gran lucha contra las incitadas tentaciones propuestas, debido a la falta de cariño tierno y erótico derivado por la desatención conyugal, ya sea, de un hombre o de una mujer casada.

Segundo. La abundancia de exhibiciones de mujeres muy ligeramente vestidas que de día o de noche, en los sitios de las redes sociales muy fácilmente, ofrecen tener citas para vender su cuerpo por dinero o en su efecto tener sexo gratis.

Tercero.  En el hombre o en la mujer hay concupiscencia de la carne y su costumbre es que busca la primera oportunidad que se le presente, ya sea para fornicar o adulterar.

Cuarto. Casos de venganzas encubiertamente furtivas; otras explícitamente informadas debido a las consuetudinarias infidelidades cometidas, sin ninguna justificación carnal, ya sea por hombres o mujeres casadas. También, esta clase de venganza por causa de infidelidad sexual, se lleva a cabo entre personas que solo conviven. Igualmente es aplicable entre pololos recíprocamente infieles.

Pero, para el efecto de nuestro tema, se trata de la apariencia de la presentación físicamente personal de José, un muy apuesto joven hebreo, que fue un distinguido y gran siervo de Potifar, un oficial de la corte egipcia y jefe de la guardia del faraón que fue el amo de José. Después que éste fue vendido, como esclavo, por sus hermanos donde éste depositó toda su confianza, porque a través de la observatura personal, vio que Jehová estaba con él.

“Y dejó todo lo que tenía en mano de José; y con él no sabía de nada, más que el pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia” (Gn 39, 6).

El hermoso semblante y la bella presencia, en este contexto, resultó ser de un hombre joven y muy apuesto; pero muy temeroso siervo de Dios, en el cual, su ama, puso sus ojos en él, no para bien sino, con la ansiosa finalidad de seducirlo sexualmente.

“Y aconteció que después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo” (Gn 39, 8).

Esto, de hecho, primeramente, implicaba tener efusivas relaciones sexuales con la plena satisfacción llegar a dormir con él.

El escenario en que diariamente estuvo José, hasta antes de ser honrado virrey por faraón fue un verdadero laboratorio de pruebas extremadamente muy complicado. Porque poner a prueba en hebreo es (Bachan) y en griego (Dokimadzo), ambos términos son benignos, porque Dios pone a prueba con la finalidad de evidenciar que hay una bipureza; una interior y otra exterior y que además se tiene un carácter firmemente refinado para dar completa aprobación. Porque prueba es: hacer un examen para saber y ver las cualidades de alguien. Donde podemos con gran libertad escribir que es el instrumento por excelencia que Dios utiliza durante el proceso donde demostramos la respectiva fe y el Temor reverente hacia Dios, y no claudicar frente al ofrecimiento de la mesa de los distintos placeres del pecado.

Entonces, ¿Cuál es la finalidad de la prueba?

Es que sólo así se evidencia para testimoniar, tanto pública como también al interior de nuestra congregación de cuánto hemos aprendido, y verdaderamente cuánto hemos avanzado en la práctica para saber si hay concupiscencia y codicias en nuestro corazón. Sí éstas las hubieren, es el momento preciso para arrepentirnos y confesarlas a los pies de nuestro Dios para, muy prontamente, apartarnos de ellas y alcanzar misericordia. Y luego pedir ser fortalecidos para andar en santidad de vida y ser luz en medio de este mundo oscuro.

Entonces las tentaciones vienen de dos fuentes:

  1. El mundo con sus afanes de un sistema pecaminoso moldeado por un orden de cosas guía a los hombres de continuo al mal.
  2. Las que vienen por la concupiscencia. Debido a todas las cosas que vemos en el mundo.
  3. Las que incitadamente son propuestas por el maligno y su demonología celeste.

Frente a lo anterior, la pregunta es ¿Cómo enfrento la prueba?

“Aleja de ella tu camino y no te acerques a la puerta de su casa” (Pr 5, 8).

Naturalmente que es muy necesario e indispensable aferrarnos a Dios, tal como lo hizo José que enfrentó el proceso con gran fe y una firmeza de acero frente a la gran propuesta verbal y que finalmente lo asió de sus ropas. Se presume que Potifar no satisfacía las necesidades de su cónyuge en el matrimonio.

Entonces era una mujer muy cargada de sexo y por eso ya no tuvo recato alguno en hacerle diariamente una seguidilla de propuestas verbales y finalmente viene el ansiado abrazo con todas sus fuerzas, donde lo coge de sus ropas y no lo suelta, hasta que él no tiene otra opción que decide dejarlas, en sus manos, para poder zafarse de sus brazos.

¿Qué nos pasaría o cómo reaccionaríamos frente a un episodio de gran tentación semejante al sufrido por José?

Obvio que automáticamente, nos arroja el resultado que nos permite ver si estamos andando en la carne o en el Espíritu. Sí hemos descendido a como un carnal y si no paramos, a tiempo, estaremos muy cercanos a ser tentados con la propensión de pasar a las miradas de codicia; eso ya es muy peligroso y además, se torna muy grave.

Entonces de ¿qué manera enfrento la tentación para no caer en la misma?

Las miradas, a la vez, pueden ser como un material que se va a probar en un laboratorio de pruebas donde se podrá analizar y determinar las diferentes características de los tipos de miradas que, generalmente, pueden ir a través de una simple mirada de admiración sana mediante la cual nos podemos examinar a nosotros mismos cómo va, diariamente, estando nuestra actualidad espiritual. Pero esto no debe significar que, diariamente, nos preocupemos de mirar y mirar para observar a las diferentes féminas con la finalidad de ver cómo va estando nuestra actualidad espiritual, al día de hoy. Eso es ponernos tropiezos de muerte a nosotros mismos. Sino que me refiero al mirar ocasional debido a nuestro diario andar hacia nuestro trabajo, por salir de compras, etc.

Ahora bien, ¿Por qué ocurre esto?

Porque la concupiscencia de la carne y de los ojos cuando está viva, obviamente, que estará presta para erguirse y abalanzarse, cual león o leona hambrienta, sobre su presa a la primera oportunidad que se presente. También esto se puede deber a las consecuencias del prolongado descuido del deber conyugal por parte de su esposo Potifar. Ya sea por su edad o alguna enfermedad. Entonces a través de sus ojos puso su mirada en José, un hombre joven apuesto que pudo haber sido rubio de ojos azules o verdes, bien educado, muy amable y respetuoso.

Donde abundó en ella la tentación sensual, por los deseos de tener y codiciar para gozar del deleite del cuerpo y de la virilidad sexual de José.

La Integridad Triunfa (Gn 39,1-6).

La Tentación replica atacando (Gn 39, 7-10).

Pero la Santidad brilla (Gen 39,11-20).

Conclusión:

En la historia de José entendamos que los procesos no son algo planeado necesariamente para nuestro mal. De lo contrario, para aquel que ama a Dios “todas las cosas obran para bien”. En sus obligaciones fue leal, en la tentación fue fuerte y en la prisión fue fiel y eso verdaderamente incluyó procesos y tribulaciones. Además, este es un tiempo que parece estar lleno de preguntas y cuando las respuestas son muy pocas, no pierda el ánimo. Confíe en el Señor. Él sabe lo que está haciendo, y es verdaderamente para bien y para Su gloria. También nos muestra la importancia de mantener la calma, en medio de las vicisitudes familiares, y que, pese a las luchas y las dificultades de la vida, Dios está obrando Su perfecta voluntad. Aunque satanás incitó a la esposa de Potifar a tratar de seducir a José, Dios estaba un paso más delante de satanás; y el encarcelamiento de José lo colocó en precisamente el lugar donde debía estar, para luego ser llevado ante el faraón.

¡Qué gran vida para imitar!

Para el Señor, sea toda: Honra, Gloria y Alabanza.

Dr. Iván Pereira.

BIBLIOGRAFÍA:

Biblia de Estudio Pentecostal, Rev. 1960, edit. Vida.

CIBERGRAFÍA:

https://www.latercera.com/nacional/noticia/los-delitos-sexuales-impactan-las-iglesias-evangelicas-protestantes/503184/

https://www.wikicristiano.org/diccionario-bi…/significado/…/

http://enseandolapalabra.blogspot.com/…/la-prueba-y-la-tent…

Esposa de Potifar – GENESIS 39 – Carmen Camino.https://carmencamino.com/index.php/ensenanza/estudios-biblicos-en-texto/228-la-esposa-de-potifar-genesis-39

 

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