Dicen que la tecnología en los tiempos bíblicos estaba muy avanzada… Ya, en el Antiguo Testamento, existían las motos ya que David mató a Goliat con una “honda”. Llegamos al Nuevo Testamento y nos percatamos de que había aviones porque se han hecho descubrimientos arqueológicos que hacen referencia a un tal Poncio Piloto.

Lo sé, ¡son chistes muy malos! pero espero haber hecho sonreír a alguno que otro… 

Ahora vamos a lo serio a continuación que la tecnología estaba muy avanzada pero por otro motivo: Era tecnología que se esperaba desde hace tiempo. El profeta Isaías la predijo unos 800 años antes de que apareciera en escena. Se trata del Pararrayos divino. Hablando de Cristo, escribe:

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5, Reina-Valera 1960).

Más adelante, Isaías detalla la eficacia de este “pararrayos”:

Dios quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Dios será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Isaías 53:10-11, Reina-Valera 1960).

El profeta Isaías describe aquí a Cristo como el Pararrayos divino que absorbe la ira de Dios, en lugar de permitir que caiga sobre los pecadores. Romanos 1:18 nos dice que “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres” (Reina-Valera 1960). Es decir, todos estamos expuestos a la ira de Dios a causa de nuestra imperfección, a menos que estemos bajo la protección del Pararrayos divino.

Cristo, como el Pararrayos, carga con nuestras iniquidades para salvarnos. Al decir “Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos”, Isaías señala que el conocimiento de esta verdad es esencial para recibir la salvación y beneficiarse de la protección que ofrece Cristo.

¿Qué significa este conocimiento? Implica entender que la justicia de Dios se manifiesta a través de la cruz de Cristo, donde Jesús sufrió y murió en lugar de nosotros. Al aceptar a Jesús y su sacrificio, podemos escapar de la condena que merecemos. La cruz, por lo tanto, se convierte en el símbolo del Pararrayos divino.

Este conocimiento no es solo una información intelectual, sino una verdad que debe ser vivida y aceptada personalmente. La Escritura nos dice en 1 Timoteo 4:10: “El Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen” (Reina-Valera 1960). Sin embargo, esto no significa que todos sean salvados automáticamente. Dios extiende su misericordia a todos, pero la protección del Pararrayos divino se aplica sólo a quienes creen en Cristo.

Es fundamental asegurarse de estar bajo la protección de Cristo. No basta con conocer la verdad; es necesario creer en ella y actuar en consecuencia. La salvación está disponible para todos, pero solo aquellos que confían en Cristo y aceptan su sacrificio pueden experimentar la protección que Él ofrece.

https://youtu.be/-ql8flhuFSE?si=hNckuQ7aKhDHdPUa

 

Andrés Díaz Russell

Coordinador del programa

“ALGO DIOS VA A HACER”

Youtube: https://youtube.com/@algoDiosvaahacer

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