Nos preguntas si la salvación se puede perder y quiero que leas estos versículos del evangelio de San Juan, son promesas de Jesucristo para los que creen en El, si los lees con cuidado veras que Cristo ofrece total seguridad de Salvación en ellos, sin ninguna clase de dudas ¿Crees que si la salvación se pudiera perder Cristo hablaría así?
3:16. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El crea, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
4:10. “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.”
5:24. “De cierto de cierto os digo: el que oye mí palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
6:35. “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”
6:47. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.”
10:27-28. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.”
11:25-26. “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
Por favor, lee con cuidado estas “citas” que he puesto, y trata de entender lo que Jesús dice en ellas.
La salvación no es un “carné de socio del Cielo” o algo parecido, que puedes perder por descuido ¡es mucho más! Es algo insondable que sucede en nosotros al creer en Cristo. Tiene que ver con la vida y la muerte, va más allá de nuestro pensamiento ¡Es la obra de Dios en lo profundo de nuestro ser!
ES NACER DE NUEVO
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:3
La Salvación es “nacer de nuevo” no hay salvación si no hay “nuevo nacimiento”, y esto es que recibimos de Dios al creer en Cristo, una nueva vida, una vida del Cielo, la misma vida de Cristo. “Cristo, vuestra vida” dice en Colosenses 3:4. Y de la misma manera que cuando nacemos de nuestros padres esto no se “pierde” ni se cambia, así, cuando nacemos de Dios, es también para siempre.
ES SER HECHOS HIJOS DE DIOS
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 1:12-13
Tú y yo cuando creímos en Cristo fuimos hechos hijos de Dios, El mismo nos “engendró” nos dio Su vida. Podemos ser hijos más o menos obedientes como lo hemos sido en nuestras familias, pero ¡no dejamos de ser hijos! El dejar de ser hijos es imposible ¿No te parece? ¡Hijos de Dios! ¡Qué maravilla! Dios se está haciendo de una familia en Cristo, de muchos hijos a la semejanza de su Amado. La gente dice que “todos somos hijos de Dios” pero no es así, eso no es correcto, ni bíblico. Todos somos sus criaturas y como tales nos cuida y nos habla para que nos arrepintamos y seamos salvos, pero hijos de Dios, son solo los que reciben a Cristo como su único Salvador, personal y eterno. ¿No dice esto el versículo escrito arriba?
ES SER SELLADOS POR EL ESPÍRITU SANTO
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”
Efesios 1:14-14
Dios nos pone Su sello cuando creemos en Cristo, este sello es el Espíritu Santo y es imborrable. Pablo usa la figura del “sello” para hacernos entender la firmeza de lo que Dios ha hecho. Es como los sellos del fabricante de cacharros de barro que lo pone cuando el barro está tierno y al secarse y endurecerse ya no se puede quitar. O como el sello que se pone en los documentos oficiales y la tinta penetra en el papel y queda para siempre. O como el sello que se pone a los animales como las vacas con un hierro al fuego y queda para siempre sobre su piel.
Referencias Bibliográficas
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